Se aburrió de no encontrar pega como ingeniero y se animó publicando en un grupo de Facebook de su ciudad, que ponía a disposición su auto para transportar a sus vecinos a distintos destinos de la ciudad. Actualmente, agenda recorridos para dar a basto.
Desde pequeño fue busquilla. Ricardo Fuentealba o Richi para los amigos, tenía solo 9 años cuando acompañó por primera vez a sus tías a vender pan amasado a los trabajadores que aplanaban los caminos, mismos que actualmente, recorre todos los días transportando a vecinas y vecinos de Coelemu, una pequeña ciudad ubicada entre Concepción y Chillán.
“Pienso que siempre he tenido mentalidad de emprendedor, desde pequeño vendía con mis tías y a medida que fui creciendo, fui involucrando a mis amigos. Recuerdo que tras haber estado en un velorio, se me ocurrió ofrecer un servicio de limpieza de lápidas en el cementerio. Nos fue tan bien que terminamos limpiando terrenos y casas.También trabajé en un discotec e incluso, vendiendo esquejes de los cactus de mi mamá”, comenta Ricardo Fuentealba, mientras camina por las calles de Coelemu y saluda a cada persona con la que se cruza.
Soñaba con estudiar trabajo social o terapia educacional sin embargo, tras hacer un curso de verano sobre manejo de cajas bancarias, entendió que las finanzas también cumplen con un rol social por lo que decidió estudiar Ingeniería en Finanzas. “Cuando terminé la carrera, hice mi práctica en el área de microempresas, donde conocí a muchos micro emprendedores con grandes sueños y me di cuenta de la importancia de los números en la comunidad de los emprendedores que quieren surgir”, enfatiza.
Richi a pesar de llevar 14 años trabajando, tiene solo 23 años y desde hace uno que se encuentra cesante. Pero como dice el dicho: Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.
Ricardo, se aburrió de esperar una oportunidad. Un día mientras pensaba en qué hacer para generar lucas, descargó una app de traslado de pasajeros y se sentó a esperar en una plaza a que la aplicación le dijera cuál era su primera carrera. Estuvo dos días esperando pero al ver que no obtuvo respuesta, se le ocurrió publicar sus servicios en un grupo de Facebook de avisos de Coelemu y fue donde todo comenzó.
El transportador de Coelemu, comenzó a realizar viajes sin embargo, sus pasajeros siempre le preguntaban si aceptaba transferencias bancarias, y pese a que sí lo hacía, el sistema era demasiado engorroso y lento por lo que Ricardo les ofrecía hacer el pago cuando llegaran a sus casas.
Sin embargo, al dar esta opción, la mayoría de sus clientes se demoraban horas en realizar las transferencias y en otros casos, nunca lo hicieron. Esto llevó a Richi a buscar un nuevo método de pago que fuera más rápido, llegando a SumUp. “Lo mejor es que no cobra arriendo mensual. Eso para los pequeños emprendedores es lo ideal, porque lo que uno lo que menos quiere es pagar comisión y además arriendo. Aquí en Ñuble me hice conocido porque casi nadie trabaja con tarjetas. Yo me arriesgué y me ha ido súper bien”.
Ricardo nunca pensó que le iría tan bien trasladando vecinos. Actualmente trabaja agendando horas y en promedio, realiza 15 viajes en el día y otros más en las noches.
“Yo pienso que tenga tanto éxito se deben a dos cosas, la primera es que conozco a gran parte de las personas que viven aquí, debido a los trabajos que se me ocurrían desde chico, pero además, porque cuento con SumUp lo que les permite a mis pasajeros pagar con tarjetas ya que cada vez se usa menos efectivo”, concluye Ricardo.
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